El cambio técnico es como un potro lleno de energía, si se le deja libre provocará grandes destrozos
La llamada revolución digital vino acompañada del optimismo por su capacidad para contribuir no sólo al progreso material, sino también a una mayor emancipación personal y una mejor democracia. Sin embargo, ese entusiasmo ha dado paso al desencanto. Ahora es sinónimo de monopolios, grandes fortunas de muy pocos; elusión de impuesto; nuevas formas de explotación laboral y de la aparición de trabajadores pobres (a los que se les llama “colaboradores”, “autónomos”, “free lances”); astutas formas de invasión de nuestra privacidad y también de manipulación de la democracia.